Más de 13 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas este domingo 07 de febrero para elegir presidente, vicepresidente, 137 nuevos asambleístas, como también 5 representantes al Parlamento Andino para el periodo constitucional 2021-2025. De acuerdo a las diferentes encuestas, la presidencia del Ecuador será disputada entre tres postulantes: Andrés Arauz (Correísmo), seguido por Guillermo Lasso (Conservador) y Yaku Pérez (Movimiento Indígena Pachakutik).

El Correísmo sin Correa.

En la actualidad, Andrés Arauz de 35 años y representante de la coalición Correísta Unión Esperanza (UNES), se sitúa a la cabeza de todos los sondeos de opinión, se podría decir que es un candidato muy popular en el espectro político del país. Sin embargo, hasta septiembre del 2020, Arauz, era un perfecto desconocido. Si bien había sido titular del Ministerio de Conocimiento y Talento Humano entre el año 2015 y 2017. Su notoriedad era muy reducida. Dicha situación cambió radicalmente, cuando la Corte Nacional de Justicia del Ecuador, confirmó la sentencia por 08 años de prisión por cohecho, al expresidente Rafael Correa (2007-2017), acusándolo de liderar una red corrupción por el caso sobornos 2016-2020.

El expresidente, pretendía postular nuevamente, pero la confirmación de esta sentencia en última instancia, motivo a buscar a un reemplazo que como él mencionó: “Comparta los principios y valores de la Revolución Ciudadana”. Eligiendo a Arauz para liderar el binomio presidencial del Correísmo para las elecciones del 2021. A pesar, que Correa está impedido de ingresar al país, mantiene una activa participación en la campaña, a través de sus redes sociales desde Bélgica, país donde reside desde el año 2017.

Dentro de las promesas del candidato Arauz, se destacan: Desconocer los acuerdos con el FMI suscritos por el actual presidente Lenin Moreno, el reingreso del Ecuador al UNASUR, como también el reparto de 1000 dólares americanos, a cada ecuatoriano para palear el embate de la crisis económica agudizada por la pandemia, medidas que han sido recibidas por parte del empresariado como populistas e inviables.

La Tercera de Lasso

El segundo candidato dentro de los sondeos de intención de voto, es el empresario y banquero Guillermo Lasso (Alianza CREO-Partido Social Cristiano). Gran amigo de Mario Vargas Llosa y de la derecha ecuatoriana, su principal bastión es la ciudad de Guayaquil, ciudad gobernada desde hace más de 29 años por el Partido Social Cristiano.

Dentro de las propuestas del candidato porteño, que fue candidato presidencial en los años 2013 y 2017, es mantener los compromisos asumidos ante el FMI y los organismos multilaterales, conservar la explotación petrolera en el oriente amazónico, lograr el ingreso del Ecuador como país pleno en la Alianza del Pacífico, reducir progresivamente la burocracia instalada en el Estado y mantener los subsidios a los combustibles.

Yaku Pérez y Pachakutik

La gran sorpresa de estas elecciones, es el tercer lugar otorgado al Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, con su candidato Yaku Pérez Guartambel, hasta hace poco, prefecto de la provincia andina de Azuay. Él se autodenomina como parte de la nación Kichwa-Kañari. Yaku (Agua en lengua kichwa), aboga por la defensa del medio ambiente y la consulta previa a los pueblos originarios ante cualquier proyecto que implique la explotación de cualquier recurso natural. Es importante, recordar su férrea oposición al gobierno de Rafael Correa por la iniciativa Yasuní ITT, siendo hasta la fecha un gran critico del expresidente.

Desde sus propias palabras, Yaku se considera con el candidato de la izquierda democrática, frente a la izquierda autoritaria y corrupta como él ha denominado al binomio encabezado por Andrés Arauz. Asimismo, considera en su plan de gobierno la defensa de las minorías como es el caso de los colectivos LGTBI y se mantiene abierto a cualquier tipo de negociación con el gobierno de Estados Unidos. SERÁ

Se podría decir que el programa ambientalista de Yaku, cuenta con una gran contradicción: Por un lado, proclama su protección al medioambiente y por el otro, mantener los subsidios a los combustibles.

Siendo este último tema muy controversial, ya que la promulgación del decreto ejecutivo 883 (que eliminaba los subsidios a los combustibles), causó la principal crisis política del gobierno de Lenin Moreno. Recordemos que el actual presidente solicitó un crédito al FMI por más de 6.500 millones de dólares, a cambio de realizar reformas que reduzcan el enorme gasto fiscal por parte del Estado. Ante el alza de los combustibles producido por el decreto, la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAE), junto a estudiantes y trabajadores tomaron las principales de calles del país, causando enfrentamientos con las fuerzas del orden. El nivel de caos y violencia llego al punto que el presidente Moreno cambie la sede de gobierno temporalmente a la ciudad de Guayaquil, por la posible toma del centro histórico de Quito por parte de los manifestantes en su mayoría indígenas venidos de las diferentes provincias del país. Dichas movilizaciones tuvieron como resultado la derogación del decreto ejecutivo 883. 

¿Qué le espera el próximo presidente?

El presidente que resulte electo, este 07 de febrero o el 11 de abril (día de una posible segunda vuelta), recibirá un país prácticamente en quiebra, sumamente endeudado, con una sobrecarga burocrática atroz y sobre todo la herencia de una pésima gestión para contrarrestar los efectos de la pandemia.

Ante esta situación tan dramática que vive el pueblo ecuatoriano, solo queda como camino: La concertación, una palabra tan complicada en tiempos de polarización y odios, pero necesaria ante este contexto que obliga a los principales lideres a dialogar por el futuro y bienestar de sus pueblos.